¡Hola a todos!

Hoy les queremos contar la fascinante historia de uno de los lugares más icónicos de Monterrey: el Paseo Santa Lucía. 

Este hermoso canal, que muchos de nosotros disfrutamos para pasear y relajarnos, tiene una historia que es tan interesante como el propio paseo.

El origen de la idea

Todo comenzó a finales de los años 90, cuando las autoridades de Monterrey estaban buscando una manera de revitalizar el centro de la ciudad.

Inspirados por el famoso River Walk de San Antonio, Texas, decidieron que un canal navegable podría ser la clave para atraer tanto a turistas como a locales al corazón de Monterrey. La idea era ambiciosa, pero llena de potencial.

La construcción

La construcción del Paseo Santa Lucía no fue tarea fácil. Inició oficialmente en 1996, pero como muchas grandes obras, enfrentó varios desafíos. Uno de los principales fue el financiamiento. Al ser un proyecto tan grande, se necesitaron recursos de distintos niveles de gobierno y de la iniciativa privada.

Además, el terreno en el que se construiría el canal presentaba sus propias complicaciones. Hubo que hacer un trabajo intenso de excavación y planificación para asegurarse de que el canal no solo fuera hermoso, sino también seguro y duradero. La obra avanzó poco a poco, enfrentando retrasos y ajustes en el camino.

La inauguración

Finalmente, en 2007, después de más de una década de esfuerzos, el Paseo Santa Lucía fue inaugurado. La espera valió la pena. Con una extensión de 2.5 kilómetros, este canal conecta el histórico Barrio Antiguo, Macroplaza y Palacio de Gobierno, con el majestuoso Parque Fundidora, unos  de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

El día de la inauguración fue todo un evento. Hubo música, comida y, por supuesto, los primeros paseos en bote. La gente estaba emocionada de ver cómo un sueño de tantos años finalmente se hacía realidad.

Un lugar para todos

Desde su inauguración, el Paseo Santa Lucía se ha convertido en un punto de encuentro para personas de todas las edades. Familias, parejas y amigos disfrutan de sus tranquilas aguas y de los bellos paisajes que lo rodean. 

Los murales y las esculturas a lo largo del canal también le dan un toque artístico que encanta a todos. Además, el Paseo ha sido escenario de numerosos eventos culturales y deportivos, convirtiéndose en un verdadero centro de vida y actividad en Monterrey.

Un legado que continúa

Hoy, el Paseo Santa Lucía no solo es un hermoso lugar para disfrutar, sino también un recordatorio de lo que se puede lograr cuando una comunidad se une por un sueño común. Su historia nos inspira a seguir buscando maneras de mejorar y embellecer nuestras ciudades.

Así que la próxima vez que camines por sus orillas o te subas a uno de sus botes, recuerda la fascinante historia detrás de este icónico lugar y cómo ha llegado a ser parte integral del corazón de Monterrey.

¡Nos vemos en el Paseo Santa Lucía!

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